jueves, 26 de junio de 2008

Fragmentos del seminario de Silvia Bleichmar

"(...)Tenemos que utilizar nuestro tiempo para pensar nuevos recursos... nuevos recursos teóricos y nuevos recursos prácticos. Sería patético que mañana salieran algunos analistas a decir que esto es efecto de la pulsión de muerte o que la adolescencia es violenta por definición. Sería absurdo y encubridor. Y el discurso vacío de una parte del psicoanálisis se ha convertido, a esta altura, en el peor enemigo del psicoanálisis mismo(...)

 

(...) De manera que la primera cuestión es dejar de poner la pelota afuera y pensar qué se resiste en nuestra propia teoría, en nuestra propia práctica, respecto del análisis no solamente de las nuevas patologías sino de las nuevas formas de expresión de los modos destructivos con los cuales los seres humanos atentan permanentemente contra sus lazos (…)


(...) uno puede seguir siendo en psicoanálisis interlocutor de sectores no psicoanalíticos. Porque una de las cosas más graves que están ocurriendo es que nuestros colegas pueden decir cualquier cosa y no les contesta nadie. Y no les contesta nadie no por respeto sino por descalificación (...)


(...) Cuando digo "el otro" no pienso ni en el sujeto trascendental ni en el Otro grande, con mayúscula, ni en el otro de la proyección, como sería en la teoría kleiniana, sino que pienso en el otro como constitutivo más allá de los modos con los cuales esto se ejerce en el interior de las llamadas estructuras edípicas . Una de las cuestiones que yo planteé el año pasado y que retomo es que lo que se sostiene de la idea del Edipo es fundamentalmente la asimetría entre el adulto y el niño, la diferencia de poder y de saber del adulto sobre el niño, fundamentalmente en lo que hace a la sexualidad. Y que el concepto de Edipo debe ser repensado en términos del modo con el cual cada cultura pauta el acotamiento de la apropiación del cuerpo del niño como lugar de goce del adulto. En ese sentido la problemática ética, entonces, no pasa por la triangulación ni por las relaciones de alianza; pasa por el modo con el que el adulto se emplaza frente al niño en su doble función: de inscribir la sexualidad y, al mismo tiempo, pautar los límites de su propia apropiación, no de la acción del niño sino de su apropiación sobre el cuerpo del niño" (...) 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Nicolás;

Interesante el planteo final que subraya el abordaje lacaniano del concepto psicoanalítico de Complejo de Edipo:

"El concepto de Edipo debe ser repensado en términos del modo con el cual cada cultura pauta el acotamiento de la apropiación del cuerpo del niño como lugar de goce del adulto"...

Sería una manera de legitimarlo en términos sociales/simbólicos; y eso refresca la noción y la vuelve más funcional en tanto se transforma en un concepto permeable al medio... Bravo por el blog, no lo descuides ;)

Un gran saludo; Aquileana :)

Anónimo dijo...

Hola Aquileana:

Gracias por la intervención. Los planteos de Silvia Bleichmar, que espero poder ir agregando en el blog, se desmarcan, en gran parte, de cierta herencia lacaniana, sobre todo la más estructuralista; y situar al edipo en términos históricos y no transindividuales (voy a buscar un cita de Margaret Mead que utiliza Laplanche, que viene al caso) nos permite, como psicoanalistas, no quedar sosteniendo posiciones francamente reaccionarias. Ampliaré esto próximamente.